¡Apáguese la luz! Supervivencias de la imagen en tiempos de encandilamiento. Phillipe Decrauzat en Galería Cayón
En una sala oscura, se enciende un haz de luz y desvela una peana; sobre ella, un proyector de 16 mm emite un zumbido que llena el espacio con un eco mecánico. En una pantalla de formato vertical, suspendida del techo, se proyectan tres fotogramas simultáneos. ¿Es esta otra exposición que se entrega a la nostalgia por los dispositivos del pasado? A primera vista, sí, y puede resultar agotador. Sin embargo, la virtud de esta exposición radica en ir más allá de la simple exaltación de tecnologías obsoletas, estableciendo una conexión inesperada con otras expresiones artísticas que, al centrarse en la percepción visual, aún tienen algo que decir sobre nuestra relación con la imagen.
Phillip Decrauzat (1974), artista visual suizo formado en la École cantonale d'art de Lausanne, desarrolla desde hace 40 años un cuerpo de trabajo que abarca pinturas, obras en papel, instalaciones, cine y esculturas. Su producción se fundamenta en las formas geométricas y la ambivalencia del movimiento, con un enfoque que remite sin prurito al Op Art de los años 60 y 70, recontextualizando sus referentes históricos. Finalista del premio Marcel Duchamp de 2022 - uno de los galardones más prestigiosos del arte contemporáneo francés -, su trabajo ha sido reconocido con otros importantes premios, como el Swiss Art Award o el Manor Art Prize.
En el origen estuvo la magia...y la ciencia
En un mundo donde las imágenes se consumen con la velocidad de un parpadeo, ¿qué tiene para decirnos el cine sobre el régimen visual preponderante?
Si existe un consenso sobre los orígenes del cine es que estos se asientan en un doble ethos; por un lado, la obsesión científica por desentrañar el movimiento y, por otro, la fascinación con el arte de la magia.
Con Inattentional Blindness (2024), Decrauzat nos confronta a esta doble ontología. Esta película de 16 mm, producida específicamente para esta exposición, utiliza un proyector Bauer Selectron modificado para proyectar simultáneamente tres fotogramas, dejando al descubierto - a ojos aguzados - las mínimas diferencias entre ellos. En la pantalla, dos manos se mueven con gracia, evocando los movimientos de una de las primeras cronofotografías de Etienne Jules Marey, en la que buscaba explicitar la secuencia de un acto de prestidigitación.
Este acto de desnudamiento del proyector pone en evidencia la naturaleza del fenómeno cinematográfico: la ilusión de movimiento solo es posible si, entre fotograma y fotograma, se nos sumerge en la oscuridad. El obturador - mecanismo de ocultación presente tanto en los mecanismos de captación como de proyección - se convierte aquí en un símbolo de esa tensión entre lo visible y lo oculto, entre lo que se muestra y lo que desaparece momentáneamente para dar lugar a la ilusión de continuidad.
Time and Still IV, Phillipe Decrauzat, 2020. Cortesía de Galería Cayón |
Al salir de la sala oscura, la idea se materializa en la pared blanca con Time and Still IV: un gran lienzo que expone y blanquea la cruz de Malta, pieza clave del obturador y símbolo del acto de ocultar en el cine.
La pantalla desentrañada
En la segunda sala, Screen, Decrauzat desplaza la atención a la pantalla como superficie que proyecta y oculta a la vez. Las diez obras de esta serie - que vistas de lejos, parecen aludir a la tira cinematográfica de 16 mm - recrean con alta complejidad técnica el efecto moiré, utilizando adhesivos cortados en formas onduladas y pintados manualmente con acrílico. Los degradados cromáticos y tramas superpuestas generan vibraciones visuales que evocan directamente tanto el Op Art (la referencia a Current, de Bridget Rilley (1964) es ineludible), así como los estudios científicos contemporáneos sobre refracción y difracción, representados en la portada de Scientific American (1963).
Current, Bridget Rilley, 1964 y portada de la revista Scientific American, 1963
De la obsolescencia como potencia
Lejos de entregarse a la romantización de lo analógico, la obra de Decrauzat interpela directamente al aparato perceptivo. Una de las fortalezas de esta exposición es que, en coherencia con lo que propone, no busca explicarse sino que invita a atestiguar los mecanismos de invisibilidad que operan en lo visible.
En el breve tratado El surrealismo, Walter Benjamin atribuye a André Breton la capacidad de reconocer las energías revolucionarias que laten en “lo anticuado”. Decrauzat parece trabajar desde una sensibilidad similar. Como si desenterrara las potentes fuerzas anímicas que Benjamin describe, su obra convierte lo obsoleto en un espacio de resistencia silenciosa frente a un mundo saturado de imágenes rápidas e inasibles. Como una ruina, muestra y no prescribe.
Por Inés Vázquez. Enero de 2025
Innatentional Blindness, de Phillipe Decrauzat
Del 15 de noviembre al 3 de enero 2025
Galería Cayón – Blanca de Navarra, 7 y 9, Madrid
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarConstantemente escribes mal el nombre propio del artista. Por lo demás, la crítica excelente. Muy bien redactada, literaria y correcta.
ResponderEliminarEs para que no salte la alerta de google ;)
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