Miradas que comunican en la Fundación Telefónica: La tecnología, el arte y la comunicación

Miradas que comunican

Fundación telefónica, Calle de Fuencarral, 3, Centro, 28004, Madrid

Planta 4, del 11.06.2024 12.01.2025


«El arte es lo que hace que cada vez nos llevemos el desarrollo tecnológico a un terreno más humanista» (Daniel Canogar, 2024)


Detalle de Intervalos, de Daniel Canogar (2024). Fotografía recuperada de: https://espacio.fundaciontelefonica.com/noticia/entrevista-daniel-canogar/
Detalle de Intervalos, para Miradas que Comunicande Daniel Canogar. Madrid, 2024. Foto © Fundación Telefónica

Arte, comunicación, tecnología. La tecnología ofrece algo que siempre ha atraído a los artistas: un campo nuevo, intacto, permitiendo de este modo romper con las limitaciones establecidas. Los artistas de esta exposición exploran nuevos campos mediante la manipulación de la tecnología. Sin embargo, hay una característica clave que diferencia Miradas que comunican de la moda curatorial actual que consiste en explorar y exponer este híbrido entre arte y tecnología: el uso de material tecnológico propio de la Fundación Telefónica, proveniente de una colección de más de 85000 piezas. La exposición pretende rendir homenaje a los últimos 100 años de historia de la compañía, mediante la intervención material por parte de cinco artistas mas una pieza conceptual sonora producida en los años 70. Los artistas están haciendo lo que los artistas hacen: explorar nuevos campos, poniendo en cuestión el uso de la tecnología, mediante la admiración y la crítica, y a la vez comunicando y dedicando su trabajo a la historia de Telefónica bajo el comisariado preciso de la Fundación.  

La exposición está dividida en seis salas, cada una ocupada por uno de los artistas de la exposición. En ella exponen, por orden de salas, el colectivo teatral La fura dels Baus bajo la dirección de Pep Gatell, la artista visual y pionera del uso de tecnología en el arte Eugènia Balcells, el dúo de arte sonoro y música experimental Cabosanroque (formado por Laia Torrents Carulla y Roger Aixut Sampietro), la célebre cineasta española Núria Giménez y el destacado artista y poeta conceptual Isidoro Valcárcel MedinaSituada en la planta 4 del emblemático edificio construido en 1930 por Ignacio de Cárdenas, y considerado el primer rascacielos de Europa, la exposición podrá visitarse hasta el 12 de enero de 2025. 


Salas que comunican


Comunic4ndo, La Fura Dels Baus para Mirada que Comunican. Madrid, 2024. Foto © Fundación Telefónica


La exposición empieza con comunic4ndo, una obra de La Fura Dels Baus, que se divide en tres piezas de carácter escenográfico en las cuales existe más o menos intervención artística. Esta obra presenta al espectador tres objetos clave en la historia de las telecomunicaciones, situada en los años 20, la primera década de la compañía, lo cual la hace una pieza introductoria muy acertada. Pep Gatell, cofundador y director artístico de la compañía, afirma en la entrevista por parte de la fundación, que el artista debe tener cuidado con su uso de la tecnología y que no puede adelantarse ni retrasarse a ella. Aquí existe una contradicción frente a su pieza de esta exposición, ya que los objetos escogidos son obsoletos, antiguos. A pesar de retrasarse, el artista consigue, a través de sus intervenciones, como el uso de vasos comunicantes o la combinación de los postes con fotografías de personas, dar un uso didáctico e interactivo a esta tecnología caducada.


La segunda sala nos presenta la obra de Eugènia Balcells, titulada Hilo Conductor. La artista rinde homenaje al cobre que, con sus palabras es «la esencia de la comunicación». Sus esculturas abstractas muestran los cables de cobre conectados y formando distintos dibujos. Entre tejidos, joyas y estructuras de comunicación, los cables de cobre adquieren tal personalidad y atención que se muestran refinados. Como es característico en su obra, Eugenia aprovecha su propio conocimiento de arte y ciencia para acompañar las piezas con el ruido que producen las ondas electromagnéticas mandadas desde la tierra a los satélites de la Nasa. A la vez, la luz en la sala se proyecta encima de los hilos de cobre y produce sombras de colores. Como la pieza In Love with the World, de Anicka Yi, la ciencia y el arte se hibridan dentro de un espacio expositivo donde la pieza, a partir de la tecnología, rompe con su marco convencional y donde nos permitimos, a través de la posibilidad de la ciencia y el imaginario del arte, soñar.




Hilo Conductor, Eugènia Balcells para Miradas que comunican. Madrid, 2024. Foto © Fundación Telefónica


En la tercera sala se encuentra la obra Polítonos, una pieza que pretende “exprimir las facultades musicales del teléfono”. Cabosanroque usa la tecnología como medio para crear una pieza que evoca cierta nostalgia. Lo personal del teléfono: el tono de llamada, se aprovecha y se proyecta, creando una orquesta musical con los tonos musicales de muchos teléfonos que suenan a la vez y a momentos distintos. Las terminales de teléfono forman una topografía, cada una pertenece a una casa. Esto nos remite a lo doméstico, y en eso al uso de la tecnología como medio, no como forma. La tecnología es utilizada, aquí, para buscar los límites de lo personal, y lo personal busca conectar el objeto con el público.


Las salas 4, 5 y 6 de esta exposición nos siguen sorprendiendo por su variedad formal. Núria Giménez utiliza el archivo audiovisual de la fundación para crear una obra que pone en foco las personas que forman la compañía. Como en My Mexican Bretzel, su pasión por el archivo se muestra en su capacidad selectiva que permite crear puentes visuales entre el pasado y el presente. Daniel Canogar, en Intervalos, reconfigura la máquina del repartidor proyectando luces y deshaciendo los cables en una obra que nos recuerda a un cerebro. El artista incorpora su estética característica, mediante el uso abundante de colores proyectados encima de la máquina obsoleta. Finalmente, Isidoro Valcárcel Medina, que presenta la única obra creada sin el material de la fundación, nos trae Conversaciones Telefónicas (1973), compuesta por unos diálogos humorísticos entre el artista y números desconocidos marcados de forma aleatoria.


Nos sale una vena curiosa, positivamente infantil. 



Polítonos, de Cabosanroque, para Miradas que Comunican. Madrid, 2024. Foto © Fundación Telefónica

 

«La tecnología puede ser útil en un momento dado o absolutamente inútil cuando es impuesta como algo necesario.» (Valcárcel Medina, 2024)


Miradas que comunican no esconde su intención. Como celebración de los cien años de historia de la compañía, se ha seleccionado cuidadosamente a seis artistas españoles, para reinterpretar y traer al presente los objetos y el legado visual que crean la compañía. La fundación se sitúa a ella misma en primer plano, como centro de comunicación, pero lo hace con consciencia y calidad a través del diálogo complejo y talentoso que los artistas tienen con la tecnología. Los artistas, en sus discursos, se muestran cuidadosos hacía esta, resaltando la importancia del arte en el campo de la tecnología como efecto humanizador. La mezcla entre un cierto escepticismo y una admiración es característica en este campo. Nam June Paik afirma que «Utilizo la tecnología para odiarla mejor» (Nam June Paik, 1932 - 2006). 


La exploración de la tecnología y la historia de la comunicación en este espacio a través de la libertad característica del arte nos permite visualizar los objetos resultantes casi como invenciones. Nos sale una vena curiosa, positivamente infantil, mientras escuchamos los diálogos surrealistas entre Medina y los desconocidos que responden a su llamada, o cuando acercamos con las manos a nuestros oídos los vasos comunicantes de la radio de comunic4ndo. A la vez, este acercamiento personal que existe gracias a la fusión de arte y tecnología, junto con todo el material adicional disponible online, introduce el elemento didáctico en la exposición. 


Miradas que comunican es una exposición dinámica, divertida, didáctica y bien resuelta, con seis artistas excepcionales y un recorrido curatorial muy bien encontrado. 




Júlia Morell Gagnum

A 10 de enero de 2024

Comentarios

  1. Esta está mejor escrita, aunque sigue habiendo algunas erratas. Tu valoración de la exposición es muy correcta y muy didáctica también.

    "los cables de cobre adquieren tal personalidad y atención que se muestran refinados". Resulta una expresión bien extraña.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Acelerando ficciones perversas. “Fueled, Oasis, Fueled”, de Mónica Mays, en la Galería Pedro Cera

“Las flores más raras” de Eduardo Martín del Pozo, un jardín marchito en Galería F2

La catalización del silencio. La exposición “Jaume Plensa. Materia interior” en la Fundación Telefónica