Un libro que se lee desde la imagen hacia la palabra

La torre invertida. El tarot como forma y símbolo

La casa encendida

Ubicación: Sala B, Sala C, Sala D, Sala E
Ronda de Valencia, 2. 28012 - Madrid.

Del 10 de octubre de 2024 al 5 de enero de 2025.


Artistas: Frédéric Bruly Bouabré, Johanna Dumet, Dorothy Iannone, King Khan y Michael Eaton, Raúl de Nieves, Plastique Fantastique, Betye Saar, Niki de Saint Phalle, Suzanne Treister, Aldo Urbano, Agnès Varda y Andy Warhol

Comisariado por Pilar Soler Montes.


Por Victoria Posada.



La Casa Encendida de Madrid presenta "La torre invertida: el tarot como forma y símbolo", una exposición que explora la influencia del tarot en el arte contemporáneo y la contracultura. Comisariada por Pilar Soler, la muestra reúne obras de artistas desde los años 60 hasta la actualidad, destacando la persistente fascinación por esta práctica esotérica.


El tarot, originado en la Italia renacentista, ha trascendido su uso adivinatorio para convertirse en una fuente de inspiración artística. Su rica simbología y estructura abierta permiten múltiples interpretaciones, lo que ha atraído a creadores interesados en cuestionar narrativas racionales dominantes y explorar la experiencia humana desde perspectivas no convencionales. Este interés se debe especialmente a que en su interpretación se ocultan asociaciones de imágenes-símbolo que se organizan por medio del azar, convirtiendo al tarot en un libro peculiar que se lee de la imagen a la palabra.

Sin embargo, esta exposición refleja una de las tensiones inherentes a muchas exposiciones temáticas: el riesgo de que el marco conceptual (en este caso, el tarot) domine tanto que las obras queden subordinadas a él, más que dialogar libremente. Las obras más impactantes son precisamente aquellas que logran distanciarse de una representación literal de la baraja y, en cambio, reinterpretan el tarot como un lenguaje visual o simbólico más amplio. Por ejemplo, la serie escultórica de Raúl de Nieves, inspirada en "El Loco", trasciende la iconografía tradicional al incorporar elementos de la artesanía mexicana y referencias contemporáneas como el drag y el punk, simbolizando la libertad y la ambigüedad asociadas a esta carta. Esa amplitud conceptual permite que el tarot sea un punto de partida, no destino.


Vista de las obras de Raúl de Nieves.

Por otro lado, algunas piezas que se aferran a la imaginería clásica de la baraja pueden resultar demasiado descriptivas o restrictivas, limitando su capacidad de resonar de forma autónoma. En este sentido, las obras que "se desprenden" de la baraja pueden ser más efectivas porque logran usar el tarot como un símbolo maleable para explorar temas universales: el azar, la transformación, la dualidad.

Es cierto que la exposición mantiene viva la pregunta ¿por qué el tarot ahora? Y allí radica su profundidad: en un tiempo frenético donde cualquier consenso se encuentra desfasado y la incertidumbre se vuelve una certeza personal y política, la humanidad busca otras fuentes de significado, otra simbología, un refugio frente a la intemperie. Si el tarot ha sido siempre vinculado a la brujería, es un buen momento para reivindicarlo como propuesta de imaginación y creación de palabra.


El tarot ha sido adoptado por movimientos contraculturales, especialmente desde los años 60, como una herramienta para canalizar visiones subjetivas y proponer futuros alternativos. En las salas de abajo se pueden encontrar obras de artistas como Andy Warhol y Niki de Saint Phalle que usaron el tarot para indagar en un conocimiento más allá de lo racional. 

En el underground neoyorquino, Andy Warhol rodaría “The Velvet Underground Tarot Cards” (1966), película que se muestra en la exposición y en la que, en una caótica fiesta en un apartamento neoyorkino, uno a uno los miembros de The Velvet Underground, John Cale, Nico, Sterling Morrison, Lou Reed, o Maureen Tucker, así como otros habituales de la Factory (estudio de arte fundado por Warhol), asisten a una lectura del tarot en un ambiente de confusión y caos. El tarot les augura éxitos, separaciones, fortalezas, problemas con terceros, fortuna económica y un sinfín de predicciones que no se pueden entender muy bien por el barullo de la situación. La escena se construye entre lo documental y lo teatral, compuesta sobre todo por los personajes que no actúan y que mantienen conversaciones en las que el ruido no permite que se entiendan bien, ni que la cámara se centre en ellas.


Vista de la proyección de "The Velvet Underground Tarot Cards”, de Andy Warhol (1966).

La obra de Niki de Saint Phalle, en relación con el tarot, tiene un nexo más explícito con los orígenes del mismo. Es precisamente en la Toscana donde Saint Phalle construyó desde 1978 hasta 1998 la obra de su vida, su “Jardín del Tarot”, símbolo de transformación y refugio, en el que explora la imaginación y crea su propio mundo en justicia a las condiciones psiquiátricas a las que se vio expuesta. Un jardín plagado de citas, mensajes y alegorías, muy vinculados con lo femenino. En “La torre invertida” se muestran sus dibujos donde proyectaba las esculturas del ‘Jardín del Tarot’, dos esculturas a escala de ‘La Muerte’ y ‘La Luna’, además de una litografía.


Vistas de las obras de Niki de Saint Phalle.

La exposición no sigue un recorrido lineal, emulando la estructura del tarot, donde el azar organiza las imágenes y asocia los símbolos. Esta disposición invita al visitante a construir su propia narrativa, fomentando una experiencia personal y reflexiva. A pesar de ello, "La torre invertida" se convierte en un escaparate de la capacidad estética del tarot, pero no termina de justificarlo como un eje conceptual robusto, dejando abierta la pregunta sobre cuánto del impacto de estas obras proviene del tarot en sí y cuánto de las vidas y perspectivas únicas de los artistas que lo reimaginan.

Aun así, la muestra ofrece momentos de inspiración y belleza, e invita a explorar la intersección entre arte, símbolo y contracultura,  y a pensar en la posibilidad de leer desde la imagen hacia la palabra.


Comentarios

  1. Lo que para unos es defecto para ti parece una virtud. La falta de información adicional ha sido el reproche generalizado contra esta exposición. Muy buena crítica y muy bien escrita, Victoria.

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