Visión Sónica y otros glitchs. La exhaustividad en la práctica de Alexandre Estrela
Visión Sónica y otros glitchs. La exhaustividad en la práctica de Alexandre Estrela
Alexandre Estrela, ViewSonic
Galería Travesía Cuatro (C. San Mateo, 16. Madrid, 28004)
Del 16 de noviembre de 2024 al 15 de febrero de 2025
Sumando ya
una buena lista de exposiciones tanto individuales como colectivas, la sede madrileña de Travesía Cuatro -fundada y dirigida
desde el 2003 por Silvia Ortiz y Inés López-Quesada- acoge una vez más en su
espacio de la calle San Mateo la arriesgada propuesta instalativa de Alexandre
Estrela (Lisboa, 1971).
La obra de
Alexandre Estrela es una investigación continua sobre la esencia de las
imágenes y su desarrollo espacial y temporal a través de los distintos soportes.
Una producción especulativa entorno al concepto de lo audiovisual. Usando el
vídeo como principal soporte, el artista examina las reacciones psicológicas del
sujeto ante la interacción que se da entre imagen y materia. Cada obra convoca
experiencias sinestésicas con ilusiones visuales y sonoras que funcionan como
trampas perceptivas para problematizar todos los elementos que forman parte de
este acto de percibir. A modo de tributo, la exposición ViewSonic profundiza
en estos aspectos a través del objeto del proyector como materia prima de la producción
artística de Estrela. El homenaje se centra en las cualidades de un modelo
concreto de la marca, el Pro7827HD, el cual se nos presenta en primera
instancia a partir del curioso detalle de la hoja de sala, maquetada como
manual de instrucciones. A lo largo de su corta vida -apenas unos escasos tres
años en el mercado- este modelo consiguió una precisión cromática y una
proyección optimizada adaptada tanto a escenarios diurnos como nocturnos. Partiendo
de la premisa del nombre comercial adoptado por la exposición, el concepto ViewSonic
-que bien podría traducirse como visión sónica- es usado por el artista
para introducir al espectador en una especie de espacio liminal donde los
límites entre la visión y la audición se presentan en ocasiones separados y en
ocasiones unidos, retroalimentándose entre sí para llevar al extremo de la
saturación la capacidad de comprensión de quien observa y/u oye.
Es
interesante sin duda los recursos de los que Estrela hace uso para llevarnos a
este juego sinestésico en obras como Plant Circle (2021), Entrada/Saída
(2024) o Square and Circular Sounds (2020) donde los glitchs
intencionados entre imagen y sonido introducen en una continua confusión a
quien observa. Sin embargo, no queda del todo claro si esa intencionalidad de
lo difuso en lo sonoro debe llegar al espectador mediante la observación
parcial y concreta de la obra que tiene en frente o si por el contrario es
parte de esa intención la mezcla de sonidos que inundan la sala, como conjunto
proveniente del resto de obras. En ese caso parece cuestionable el hecho de que
todas las piezas persigan el objetivo de problematizar conjuntamente la
audición y la visión. Es el caso por ejemplo de la obra Barómetro (2024)
más centrada en la pregunta de la codificación exacta de los sentidos,
concretamente el de la vista; u obras como Earrings (2024) o Tape
Worm (2024) enfocadas ambas al interés de los materiales que se proyectan y
sobre los que son proyectados. Es por ello que la alternancia en el espacio
expositivo de las obras que sí producen sonido con las que no lo hacen parece
ser una decisión comisarial que pretende que los ecos que recibimos del resto
de obras no interfieran -o interfieran escasamente- en la obra que se está
observado, algo que no parece del todo conseguido y que podría interpretarse
como un impedimento a la intención del artista, la cual parte ya de por sí de
planteamientos que complejizan -quizás en ocasiones en exceso- la percepción
del espectador.
A pesar de
ello, es encomiable la precisión con la que Estrela escoge los materiales con
los que va a trabajar. El hecho mismo de que la exposición gire material y
conceptualmente en torno a un modelo concreto de una marca de proyector
demuestra la exhaustividad con la que el artista produce su obra, sabiendo
sacar el máximo potencial de ello. Así como el no aislamiento sonoro entre
obras podría ser quizás una debilidad en la muestra, el no aislamiento lumínico
de las paredes de la galería parece una decisión muy acertada a la hora de
demostrar que el homenaje al Pro7827HD es merecido. A diferencia de lo que a
priori necesitaría una exposición de estas características, la no dependencia
de una oscuridad total para sacar el mayor partido a la precisión cromátida y
nitidez con la que se muestran las imágenes hace que efectivamente corroboremos
la potencialidad del material artístico elegido minuciosamente por el artista.
Visitar la galería a plena luz del día se vuelve una experiencia igual de
interesante e incluso completamente diferente de la visita nocturna, dándonos
la oportunidad de tener dos vivencias paralelas pero complementarias de una
misma exposición. La nitidez visual es además aprovechada por el artista para
establecer un interesante juego metafísico entre la proyección de un material reproducido
sobre él mismo, sacando de nuevo a relucir las cualidades que ponen a este
modelo en el centro del interés artístico de Estrela.
Claudia
Arenas López
A 3 de enero
de 2025
Da la sensación de que cuentas lo mismo que en la visita guiada. La única crítica que haces es la de la interacción lumínica entre las distintas videoinstalaciones. Creo que se podría haber valorado la propuesta de un modo más genérico. ¿Hay algo más detrás de esta reflexión sobre un determinado tipo de videoproyector? ¿Qué intenciones tenía el artista al hacer esto? ¿Una investigación sobre la esencia de las imágenes? ¿No es posible al menos hacer alguna ironía al respecto? En fin. Echo de menos un poco de caña.
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